lunes, 17 de diciembre de 2012

Una mentira de justicia.


Es increíble asumir que el único imputado por la trama Gürtel haya sido el juez que inicio el proceso judicial. Es un claro ejemplo de la sumisión del poder judicial existente en España. El poder legislativo tiene una fuerza aplastante. Y es capaz de arrollar hasta el pilar de contención más duro. La justicia, que vela por el Estado de derecho, está siendo pisoteada por el poder político.

Nos encontramos con unas administraciones de justicia vergonzosas. Con unos tribunales cuando no politizados, o venales, a menudo lentos y apáticos. Multitud de casos con el golfo, impune; y el ciudadano, indefenso. Esa clase de políticos de todo signo y color, puestos en las administraciones, bancos, cajas de ahorro, para favorecer a partidos y colegas; todos impunes. Los tribunales están repletos de corruptelas. Magistrados pagados con favores políticos, que miran hacía otro lado, y delinquen con acritud.

Los poderes legislativo y judicial están muy relacionados. Existe un pequeño hilo conductor que detona todo el engranaje del sistema. Hasta que no logremos independizar los poderes y seamos conscientes de que la imparcialidad debe ser la base de la justicia, mal asunto. Hoy en día la mano por debajo de la mesa es el sistema más eficaz, o por lo menos el más influyente, o exitoso. La transparencia es hoy en día de color oscuro, y la eficacia y honestidad se han borrado del diccionario.


Alfredo León
Twitter: @fefifredo

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