Hemos llegado a una situación en la que a uno le puede
ser quitada su identidad, y le puede ser impuesta otra a través de una
tecnología amoral.
Ésta es una cultura que crea espectadores más que
lectores. No creo que la imagen y la palabra sean similares, no tienen, ni por
asomo, la misma función. La imagen entretiene mucho, es a veces mucho más
intensa que la palabra, pero muchísimo más efímera y en absoluto estimula el
esfuerzo intelectual. Mientras que la palabra tienes que traducirla,
convertirla en conceptos y articularlos dentro de un argumento (tienes trabajo
intelectual). La imagen tiende a crear públicos muchísimo más conformistas y
pasivos.
Es verdad que es una cultura más democrática pero
precisamente llega porque exige muchísimo menos esfuerzo intelectual. Al mismo
tiempo, en lugar de alentarlo, aleja al espíritu crítico y tiende a crear
espectadores. El papel no es solo papel, el papel es fundamentalmente palabras
que se convierten en conceptos, razones, argumentos y reflexiones. Fuente
primordial de conocimiento y de la evolución de una sociedad hacia formas cada
vez más participativas y democráticas.
La cultura del puro entretenimiento y espectáculo no crea
ese tipo de ciudadanos, nos retrotrae hacia la época del pan y circo. La
cultura abarca todo, abarca enteramente la vida en sus expresiones mínimas y en
las más complejas. No es una forma de llenar el ocio, no, es algo que tiene
efecto directo y muy profundo en todas las cosas importantes de la vida humana.
La cultura es la expresión más pura del ser humano, esa
que completa a la persona, la convierte en un ser racional, y la dota de los
conceptos más puros para lograr esa ansiada evolución, una evolución, cuya
degeneración terminológica no se adecua con la propia sintaxis de la palabra, y
que ha degenerado en base a esa cultura del entretenimiento, esa que nos
retrotrae, que nos hace cada día menos "personas" menos
"humanos".
Alfredo León
Twitter: @fefifredo
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