lunes, 24 de diciembre de 2012

Una ilusa Navidad.

Llegamos a unas navidades desvirtuadas, las celebramos en un ambiente de crispación, de angustia, desesperación, agobio y tristeza. Los tiempos que corren no son los más excepcionales para recibir momentos tan dulces, tan cargados de ilusiones, de sueños, de magia, de prosperidad, de nostalgia y de amor. Hoy en día el panorama navideño, ese tan históricamente “blanco”, está tapado con un oscuro velo que debería empañar todo sentimiento de alegría, ganas de alegrar, o alegrarse.

Pero aun así el ambiente que se respira en las calles es de pura ilusión, la gente ha llegado a tal punto que solo le resta el poder volar, las personas se están convirtiendo en auténticos superhéroes y heroínas. Las malas situaciones personales y familiares, algunas totalmente desoladoras, se suceden y multiplican en nuestro propio entorno, y la gente está haciendo milagros a la altura del mismísimo redentor, cual espíritu esta noche vuelve a nacer; cuentan. Esperemos, como se suele decir, que este año lo haga con un pan bajo el brazo para todos, para toda la humanidad.

Es increíble la capacidad de ilusionarse que puede tener el ser humano, la capacidad de sonreír a un mínimo detalle o pensamiento alegre, la infinita esperanza e ilusión que ostenta la gente es algo que puede mover el mundo, y que debemos utilizar para moverlo a nuestro antojo, para cambiarle el rumbo, para darle un sentido más humano, más por y para las personas. Debemos utilizar nuestra ilusión, no solo para soñar y sonreír al recordarlo, no.

Debemos ser capaces de creer que podemos soñar despiertos, ser capaces de creer que podemos, con nuestra poderosa ilusión, contagiar al prójimo para que unidos acabemos con un sistema que aprieta, que ahoga, que dilapida y tritura al ciudadano, un sistema que nos está convirtiendo en ganado en manos de pastores, que ni siquiera tienen la experiencia que podría tener un perro para llevar el rebaño. 

Utilicemos esa poderosa ilusión, esa gran esperanza, hagámoslo sin miedo, inculquemos sentimientos de bondad, paz, amor, la gente tiene que aprender a querer, devolverle al Mundo la humanidad que hace unos años viene perdiendo a borbotones. Seamos capaces de intentarlo.

Día a día observamos detalles que hacen estremecer al sentimiento, la solidaridad está aflorando en estos tiempos más que nunca. Gente que se desvive por los más desfavorecidos, personas que, sin ánimo de lucro, se involucran al máximo con aquellos que lo están pasando mal.



Por ello quiero expresar mi total agradecimiento, ánimo y cariño a esa gente que es capaz de mantener la cabeza alta pese a la adversidad más profunda, a esa gente que con poco más que su abrigo y zapatillas es capaz de esbozar una gran y reconfortante sonrisa al cruzar una simple mirada, a esas personas que con una simple ilusión son capaces de levantarse cada día con la grandeza de aquel que persigue un sueño con solo una barra de pan y un pedazo de mantequilla. 

A todas esas personas que hoy no podrán comerse un langostino, o probar un caldo caliente, y para aquellas que hacen un esfuerzo titánico para poder poner un plato de jamón encima de una mesa desaliñada; para todos mis más puros y sinceros deseos de felicidad.

Porque por muy mal que estemos, o nos sintamos, porque aunque estemos ante un panorama tan desolador, por más recortes y medidas injustas, la ilusión y la esperanza mantienen en órbita al Mundo. Por esa ilusión y sueños por cumplir. Por todas esas personas, todas esas abuelas que con sus irrisorias pensionas están sustentando a hijos y nietos, por todas esos padres y madres que, con pocos recursos, se desviven para que sus hijos disfruten de una noche radiante y especial, por ellos y para todos les invito a no dejar de soñar, a no abandonar la ilusión, porque como dicen si puedes soñarlo, puedes hacerlo.

Porque soñar y ser feliz aun sigue siendo gratis, intentémoslo. Soñemos y seamos felices. Por todos y para todos… ¡¡¡.FELIZ NAVIDAD.!!!




Alfredo León
@fefifredo




lunes, 17 de diciembre de 2012

Una mentira de justicia.


Es increíble asumir que el único imputado por la trama Gürtel haya sido el juez que inicio el proceso judicial. Es un claro ejemplo de la sumisión del poder judicial existente en España. El poder legislativo tiene una fuerza aplastante. Y es capaz de arrollar hasta el pilar de contención más duro. La justicia, que vela por el Estado de derecho, está siendo pisoteada por el poder político.

Nos encontramos con unas administraciones de justicia vergonzosas. Con unos tribunales cuando no politizados, o venales, a menudo lentos y apáticos. Multitud de casos con el golfo, impune; y el ciudadano, indefenso. Esa clase de políticos de todo signo y color, puestos en las administraciones, bancos, cajas de ahorro, para favorecer a partidos y colegas; todos impunes. Los tribunales están repletos de corruptelas. Magistrados pagados con favores políticos, que miran hacía otro lado, y delinquen con acritud.

Los poderes legislativo y judicial están muy relacionados. Existe un pequeño hilo conductor que detona todo el engranaje del sistema. Hasta que no logremos independizar los poderes y seamos conscientes de que la imparcialidad debe ser la base de la justicia, mal asunto. Hoy en día la mano por debajo de la mesa es el sistema más eficaz, o por lo menos el más influyente, o exitoso. La transparencia es hoy en día de color oscuro, y la eficacia y honestidad se han borrado del diccionario.


Alfredo León
Twitter: @fefifredo

El romanticismo como solución.


Hoy en día observamos que todo se desmorona, nos estamos acercando a la cúspide del desmantelamiento del sistema. Nada funciona, todo está infectado. Una infección que contagia todo, y a todos. Un virus que pulula en el ambiente de la ilegalidad, o en la línea que la divide de lo legal. Un virus que ataca a todos los ámbitos. Justicia, política, comunicación... 

Nada, hoy en día, es puro. Incluso hasta los sentimientos están siendo desvirtuados, a veces, incluso hasta extinguidos. No existe concienciación de lo bueno o lo malo. No hay remordimiento por la equivocación. En realidad, no asumimos la equivocación, es inexistente.

Sin los sentimientos, esas reacciones químicas que nos mueven, que hacen que tomemos decisiones, que seamos capaces de tener raciocinio. Sin ellos, que hacen que crucemos esa linea entre animal y humano. No seremos nunca capaces de crecer, de evolucionar. Más bien involucionaremos a formas de vida más primitivas. Eso si tenemos la suerte de no acabar antes con este planeta, que nos ha dado la oportunidad de vivir, de existir, y que estamos masacrando con nuestra imbecilidad, intolerancia y autoritarismo.

Quizás mi visión es algo romántica, o demasiado sentimentalista. Pero no creo que nada en este Mundo se priorice por delante del sentimiento. El sentimiento es el resultado de una emoción. Algo innato. La pérdida de la emoción deriva en la más profunda inmoralidad. Sin moral, la persona se pierde en su propia conciencia. No existe sentimiento alguno de objetividad, y no diferenciamos lo correcto.

Nos encontramos ante un momento de crisis sistemática, algo que siempre ha ocurrido, dicen. Pero estoy totalmente convencido de que está situación está agravada por la inmoralidad, o la amoralidad existente en la época actual. Hoy en día todo es válido dependiendo del punto de vista desde donde se mire, o del rasero desde donde se mida.

En definitiva, sin sentimiento nada es puro, virgen. Todo se desvirtúa y deriva en una situación anodina y descorazonadora. Si, se que me he puesto muy pesado, pero si las personas seguimos dejando de ser personas, el Mundo cada día será un lugar peor. ¡¡.No tendremos tiempo de reacción.!!

Creo que estamos en el clímax de la historia, seamos capaces de cambiar el rumbo. Modifiquemos el camino. ¡¡.SEAMOS NOSOTROS HISTORIA.!!


Alfredo León
Twitter: @fefifredo

jueves, 13 de diciembre de 2012

La fuerza de la palabra.


Hemos llegado a una situación en la que a uno le puede ser quitada su identidad, y le puede ser impuesta otra a través de una tecnología amoral.

Ésta es una cultura que crea espectadores más que lectores. No creo que la imagen y la palabra sean similares, no tienen, ni por asomo, la misma función. La imagen entretiene mucho, es a veces mucho más intensa que la palabra, pero muchísimo más efímera y en absoluto estimula el esfuerzo intelectual. Mientras que la palabra tienes que traducirla, convertirla en conceptos y articularlos dentro de un argumento (tienes trabajo intelectual). La imagen tiende a crear públicos muchísimo más conformistas y pasivos.

Es verdad que es una cultura más democrática pero precisamente llega porque exige muchísimo menos esfuerzo intelectual. Al mismo tiempo, en lugar de alentarlo, aleja al espíritu crítico y tiende a crear espectadores. El papel no es solo papel, el papel es fundamentalmente palabras que se convierten en conceptos, razones, argumentos y reflexiones. Fuente primordial de conocimiento y de la evolución de una sociedad hacia formas cada vez más participativas y democráticas.

La cultura del puro entretenimiento y espectáculo no crea ese tipo de ciudadanos, nos retrotrae hacia la época del pan y circo. La cultura abarca todo, abarca enteramente la vida en sus expresiones mínimas y en las más complejas. No es una forma de llenar el ocio, no, es algo que tiene efecto directo y muy profundo en todas las cosas importantes de la vida humana.

La cultura es la expresión más pura del ser humano, esa que completa a la persona, la convierte en un ser racional, y la dota de los conceptos más puros para lograr esa ansiada evolución, una evolución, cuya degeneración terminológica no se adecua con la propia sintaxis de la palabra, y que ha degenerado en base a esa cultura del entretenimiento, esa que nos retrotrae, que nos hace cada día menos "personas" menos "humanos".


Alfredo León 
Twitter: @fefifredo