Llegamos a unas navidades desvirtuadas, las celebramos en
un ambiente de crispación, de angustia, desesperación, agobio y tristeza. Los
tiempos que corren no son los más excepcionales para recibir momentos tan
dulces, tan cargados de ilusiones, de sueños, de magia, de prosperidad, de
nostalgia y de amor. Hoy en día el panorama navideño, ese tan históricamente “blanco”,
está tapado con un oscuro velo que debería empañar todo sentimiento de alegría,
ganas de alegrar, o alegrarse.
Pero aun así el ambiente que se respira en las calles es
de pura ilusión, la gente ha llegado a tal punto que solo le resta el poder
volar, las personas se están convirtiendo en auténticos superhéroes y heroínas.
Las malas situaciones personales y familiares, algunas totalmente desoladoras, se
suceden y multiplican en nuestro propio entorno, y la gente está haciendo
milagros a la altura del mismísimo redentor, cual espíritu esta noche vuelve a
nacer; cuentan. Esperemos, como se suele decir, que este año lo haga con un pan
bajo el brazo para todos, para toda la humanidad.
Es increíble la capacidad de ilusionarse que puede tener
el ser humano, la capacidad de sonreír a un mínimo detalle o pensamiento
alegre, la infinita esperanza e ilusión que ostenta la gente es algo que puede
mover el mundo, y que debemos utilizar para moverlo a nuestro antojo, para
cambiarle el rumbo, para darle un sentido más humano, más por y para las
personas. Debemos utilizar nuestra ilusión, no solo para soñar y sonreír al
recordarlo, no.
Debemos ser capaces de creer que podemos soñar
despiertos, ser capaces de creer que podemos, con nuestra poderosa ilusión,
contagiar al prójimo para que unidos acabemos con un sistema que aprieta, que
ahoga, que dilapida y tritura al ciudadano, un sistema que nos está
convirtiendo en ganado en manos de pastores, que ni siquiera tienen la
experiencia que podría tener un perro para llevar el rebaño.
Utilicemos esa
poderosa ilusión, esa gran esperanza, hagámoslo sin miedo, inculquemos
sentimientos de bondad, paz, amor, la gente tiene que aprender a querer,
devolverle al Mundo la humanidad que hace unos años viene perdiendo a borbotones.
Seamos capaces de intentarlo.
Día a día observamos detalles que hacen estremecer al
sentimiento, la solidaridad está aflorando en estos tiempos más que nunca.
Gente que se desvive por los más desfavorecidos, personas que, sin ánimo de
lucro, se involucran al máximo con aquellos que lo están pasando mal.
Por ello quiero expresar mi total agradecimiento, ánimo
y cariño a esa gente que es capaz de mantener la cabeza alta pese a la
adversidad más profunda, a esa gente que con poco más que su abrigo y
zapatillas es capaz de esbozar una gran y reconfortante sonrisa al cruzar una
simple mirada, a esas personas que con una simple ilusión son capaces de
levantarse cada día con la grandeza de aquel que persigue un sueño con solo una
barra de pan y un pedazo de mantequilla.
A todas esas personas que hoy no
podrán comerse un langostino, o probar un caldo caliente, y para aquellas que
hacen un esfuerzo titánico para poder poner un plato de jamón encima de una
mesa desaliñada; para todos mis más puros y sinceros deseos de felicidad.
Porque por muy mal que estemos, o nos sintamos, porque
aunque estemos ante un panorama tan desolador, por más recortes y medidas
injustas, la ilusión y la esperanza mantienen en órbita al Mundo. Por esa
ilusión y sueños por cumplir. Por todas esas personas, todas esas abuelas que
con sus irrisorias pensionas están sustentando a hijos y nietos, por todas esos
padres y madres que, con pocos recursos, se desviven para que sus hijos
disfruten de una noche radiante y especial, por ellos y para todos les invito a
no dejar de soñar, a no abandonar la ilusión, porque como dicen si puedes
soñarlo, puedes hacerlo.
Porque soñar y ser feliz aun sigue siendo gratis, intentémoslo.
Soñemos y seamos felices. Por todos y
para todos… ¡¡¡.FELIZ NAVIDAD.!!!
Alfredo León
@fefifredo